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Síntomas de abstinencia de la nicotina

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Aunque estés decidido a dejar de fumar por el bien de tu salud y la de tu familia (¡sin mencionar tu cartera!), lidiar con los síntomas de abstinencia de la nicotina puede ser difícil.

SABER QUÉ ESPERAR TE AYUDARÁ

Saber qué esperar te ayudará a prepararte mentalmente y te dará la oportunidad de solicitar apoyo —ya sea de un entrenador para dejar de fumar, de productos de sustitución de la nicotina o de amigos y familiares— en cada paso del camino.

Los efectos secundarios de dejar de fumar pueden ser desagradables a corto plazo, pero si consigues aguantar esos complicados días, te sorprenderás de lo bien que te sientes.

Sabemos que dejar de fumar no es fácil, pero con la motivación y el apoyo adecuados, podrás hacerlo.

Ansiedad por falta de nicotina

Al principio existe una ansiedad constante por fumar. Este tipo de ansiedad disminuye de manera constante en intensidad durante varias semanas después de haberlo dejado.

Hay dos tipos de ansiedad.

  • La primera es la ansiedad constante de fumar. Este tipo de ansiedad disminuye de manera constante en intensidad durante varias semanas después de haber dejado de fumar.
  • La segunda es un fuerte deseo de encender un cigarrillo en un momento particular. Este tipo de ansiedad repentina puede desencadenarse por la rutina, como querer fumar después de una comida o con ciertas bebidas, o cuando te sientes particularmente feliz, triste o estresado. Estos tipos de ansiedad repentina tienden a ocurrir con menos frecuencia con el pasar del tiempo, pero pueden ser sorprendentemente fuertes, incluso después de haber dejado de fumar hace meses.

Ansiedad y estado de ánimo decaído

A pesar de que quieras dejar de fumar, es natural que te sientas ansioso ante la idea de no fumar. Cuanto más tiempo hayas sido fumador, peor puede ser.

Trata de programar el día en el que dejarás de fumar para un fin de semana o un día festivo, ya que no querrás que un día estresante en el trabajo arruine tus esfuerzos. Si por alguna razón te encuentras hospitalizado, esta puede ser otra buena oportunidad para dejar de fumar.

Es común sentirse "nervioso" al dejar de fumar. Usar un parche de nicotina puede aliviar este y otros síntomas de abstinencia.

Hablar sobre cómo te sientes también puede ayudar.

Asistir a un grupo de apoyo para dejar de fumar, llamar a un amigo que te acompañe o hablar con un compañero que esté dejando de fumar.

Si experimentas un estado de ánimo decaído persistente, hablar de ello con un profesional sanitario experto en cesación tabáquica te puede ayudar. Consulta con tu médico de cabecera si la situación no mejora.

Problemas de concentración

Muchas personas tienen dificultad para concentrarse cuando sufren abstinencia de nicotina.

No seas tan duro contigo mismo y busca el apoyo de tu jefe y compañeros si consideras que esto puede estar afectando tu trabajo. Los síntomas solo duran unos pocos días, y estarás mucho más sano y en forma (y con más dinero) una vez estés libre de humos.

Inquietud y problemas para dormir

Has conseguido pasar el primer día sin fumar, pero a medida que llega la noche puedes empezar a sentirte inquieto. Salir a correr o hacer algunos estiramientos de yoga pueden ayudarte a deshacerte de cualquier exceso de tensión y hacerte más fácil dormir por la noche.

Aquellos fumadores con un alto consumo de cigarrillos al día a veces descubren que tienen pesadillas cuando dejan de fumar.

Si consideras que el insomnio es un problema, habla con tu farmacéutico y este te recomendará un somnífero de venta libre, o pide consejo a tu médico de cabecera.

Dolor de cabeza

El dolor de cabeza es un síntoma común de la abstinencia de la nicotina, particularmente durante el segundo y tercer día tras haber dejado de fumar.

Y una cosa más, no te sientas tentado de encender un cigarrillo para lidiar con el dolor de cabeza, recuerda que fumar es lo que ha causado ese dolor en primera instancia.  

Aumento de peso

Los estudios sugieren que algunas personas (pero no todas) subirán de peso en las primeras 8-10 semanas después de haber dejado de fumar. Esto se debe a que la nicotina acelera el metabolismo y actúa como un supresor del apetito, lo que puede llevar a un aumento de peso al dejar de fumar. Sin embargo, subir un par de kilos es un pequeño precio a pagar en comparación con las enormes ganancias que obtendrás en salud y apariencia.